Está publicado en Climántica TV el vídeo que resume el contenido de la primera de las tres jornadas del curso Ciencias de la Terra para el mundo contemporáneo desde Climántica impartido por el vulcanólogo Francisco Anguita Virella.
El hilo conductor de la primera jornada del curso fue la energía de la Tierra. Hizo la consideración inicial de que para abordar este tema es necesario considerar que el Planeta no es una cebolla que vamos estudiando capa a capa, sino un sistema dinámico cuyos flujos energéticos conectan todos sus subsistemas.
Por eso señaló su preocupación porque, las ilustraciones clave de los libros de texto transmitan esa dinámica, mucho más importante que la estratificación en capas, y por eso apostó por las representaciones extraídas de la tomografía sísmica, que permite representar el manto en 3D, que es la mejor forma de transmitir la energía de la Tierra y su evolución desde el inicio de la Tectónica de placas. En este sentido el material más frío procedería de la subducción fondo del Mar de Thetis. También señaló que este tipo de representación deja el concepto Astenosfera tal y como fue definido en 1914, como todo aquello que está debajo de la litosfera, pero no como una capa definida. Los materiales fluyen a través de todo el manto, y con su dinámica, trasladan su energía a la litosfera.
Hizo hincapié en que en la superficie, esa dinámica profunda se refleja básicamente en dos procesos, vulcanismo y sismicidad, que llevan aparejados importantes riesgos, para personas y bienes. Esto los convierte en importantes intersecciones entre Ciencia y Sociedad, y por eso en fenómenos perfectos para un enfoque de las materias CTMA y CCMC basado en el estudio de casos.
En relación a los volcanes, empezó con una aclaración previa por su importancia ambiental: la influencia de los volcanes sobre el clima es ambivalente. Expuso que cuándo en una erupción ultraexplosiva la proporción de aerosoles es importante (cómo lo fue por ejemplo en el caso del Pinatubo en 1991), se pueden inyectar en la estratosfera cantidades importantes de partículas que bloqueen la radiación solar y por lo tanto enfríen la Tierra; pero este es un efecto de plazo corto, unos pocos años como máximo. El efecto contrario, calentamiento causado por la emisión de gases de efecto invernadero, es mucho más significativo la escala geológica. En concreto, la hipótesis básica para explicar el clima de invernadero del Cretácico es la erupción de una masa enorme de rocas volcánicas en el fondo del Pacífico acompañada de cantidades también masivas de CO2. No se conoce un sistema más eficaz de calentar la atmósfera de un planeta que extraer de su interior, vía volcanes, gases de efecto climático.
A continuación revisó varios ejemplos paradigmáticos de la evaluación de riesgos de origen profundo, empezando por los volcánicos que quedan relatados en este documento que queda a disposición para la descarga y lectura de los usuarios.
El hilo conductor de la primera jornada del curso fue la energía de la Tierra. Hizo la consideración inicial de que para abordar este tema es necesario considerar que el Planeta no es una cebolla que vamos estudiando capa a capa, sino un sistema dinámico cuyos flujos energéticos conectan todos sus subsistemas.
Por eso señaló su preocupación porque, las ilustraciones clave de los libros de texto transmitan esa dinámica, mucho más importante que la estratificación en capas, y por eso apostó por las representaciones extraídas de la tomografía sísmica, que permite representar el manto en 3D, que es la mejor forma de transmitir la energía de la Tierra y su evolución desde el inicio de la Tectónica de placas. En este sentido el material más frío procedería de la subducción fondo del Mar de Thetis. También señaló que este tipo de representación deja el concepto Astenosfera tal y como fue definido en 1914, como todo aquello que está debajo de la litosfera, pero no como una capa definida. Los materiales fluyen a través de todo el manto, y con su dinámica, trasladan su energía a la litosfera.
Hizo hincapié en que en la superficie, esa dinámica profunda se refleja básicamente en dos procesos, vulcanismo y sismicidad, que llevan aparejados importantes riesgos, para personas y bienes. Esto los convierte en importantes intersecciones entre Ciencia y Sociedad, y por eso en fenómenos perfectos para un enfoque de las materias CTMA y CCMC basado en el estudio de casos.
En relación a los volcanes, empezó con una aclaración previa por su importancia ambiental: la influencia de los volcanes sobre el clima es ambivalente. Expuso que cuándo en una erupción ultraexplosiva la proporción de aerosoles es importante (cómo lo fue por ejemplo en el caso del Pinatubo en 1991), se pueden inyectar en la estratosfera cantidades importantes de partículas que bloqueen la radiación solar y por lo tanto enfríen la Tierra; pero este es un efecto de plazo corto, unos pocos años como máximo. El efecto contrario, calentamiento causado por la emisión de gases de efecto invernadero, es mucho más significativo la escala geológica. En concreto, la hipótesis básica para explicar el clima de invernadero del Cretácico es la erupción de una masa enorme de rocas volcánicas en el fondo del Pacífico acompañada de cantidades también masivas de CO2. No se conoce un sistema más eficaz de calentar la atmósfera de un planeta que extraer de su interior, vía volcanes, gases de efecto climático.
A continuación revisó varios ejemplos paradigmáticos de la evaluación de riesgos de origen profundo, empezando por los volcánicos que quedan relatados en este documento que queda a disposición para la descarga y lectura de los usuarios.
